viernes, agosto 25, 2006

Cronopios Diario virtual para hombres y mujeres de palabra: El se�or Borges cumple a�os

jueves, agosto 24, 2006

Adiós Magazín

Requiescat in pace
Aunque el poeta Juan Manuel Roca y el periodista Alejandro Torres rubrican con un estremecedor Amén la última edición del Magazín Dominical de El Espectador (Nº 847 del domingo 8 de agosto de 1999) y señalan con firmeza que no les gusta el talante de las despedidas melancólicas, ninguna noticia cultural de los últimos tiempos puede ser más grave y amarga para sus lectores, que semejante muerte absurda y súbita. Notifican, además, que será “reemplazado por otra publicación de diferente perfil”, como si fuera posible substituir toda una institución de la reflexión universal con un engendro parido por el desastre nacional y la ceguera parroquial, que se apoderaron de nuestro periodismo, sin que nadie levante la voz ni reclame espacio y respeto para el derecho a pensar.
El Magazín era una casa de puertas abiertas hace 50 años por Guillermo Cano, para que allí entraran, se hospedaran, pasaran o se quedaran los escritores, los poetas, los filósofos, los pintores, los escultores, los sociólogos, los filósofos, los políticos, los defensores de los derechos humanos, todos los hombres y las mujeres que tuvieran algo qué decir y alguien a quién convocar. Ahora —¡qué tristeza y qué vergüenza!— a esa casa le ocurrió lo mismo que a los infortunados pueblos hospitalarios que de repente desaparecen en átomos volando, por obra y desgracia de los macabros cilindros de gas.
Nunca estuvo tan herida ni tan ofendida la cultura colombiana como en estos negros tiempos del imperio del pánico y la medianía. Con el pretexto de buscar la paz, se le da todo a la guerra; para comprar armas o financiar despejes, se masacra a la cultura. Mientras el país se derrumba, todos seguimos de rumba: que no falte el fútbol con sus feroces fanáticos, ni las reinas siliconizadas, ni las oraciones fuertes a los espíritus santos y a los espíritus satánicos, ni los senadores y los representantes invasores de la televisión del pueblo, ni el protagonismo de los delirantes, ni los ministros de la farándula.
Y, lo peor de todo: los intelectuales están mudos y los periodistas están locos. Los primeros, obligados por la libertad y por la ética a denunciar y a reclamar, por dárselas de independientes se volvieron apáticos y débiles y no dicen ni mú. Los segundos, ciegos entre la luz de los patrocinadores comerciales y la sombra en el espejo de la competencia, olvidaron su condición de servidores públicos y se convirtieron en turiferarios del miedo. El poder de la palabra está escondido. La noticia espectáculo atiza el fuego de la barbarie.
El caso de la pena de muerte decretada al Magazín Dominical de El Espectador, es patético: la cultura no vende gaseosas ni cervezas. Y por desgracia, no es único: cada día desaparecen más y más suplementos culturales en nuestros diarios y en todos nuestros medios de comunicación. Y aunque la empresa privada goce de la libertad de quitar y poner los ingredientes que quiera a sus productos, nosotros, los consumidores, somos a la hora de la verdad los generadores de la fuerza que los sostiene. ¿Amén? ¿Requiescat in pace? Si el saber pierde espacios, la culpa es nuestra. Gente de la cultura: ¡A levantar la voz! La pelea debe ser peleando. La palabra es el arma.

Cronopios Diario virtual para hombres y mujeres de palabra

El señor Borges cumple años

Jueves 24 de agosto de 2006 — http://cronopiosdiariovirtual.blogspot.com/

El señor Borges está hoy de cumpleaños



El 24 de agosto de 1899, a los ocho meses de gestación, nace en Buenos Aires Jorge Luis Borges en casa de Isidoro Acevedo, su abuelo paterno. Es bilingüe desde su infancia y aprenderá a leer en inglés antes que en castellano por influencia de su abuela materna de origen inglés. Georgie, como es llamado en casa, tenía apenas seis años cuando dijo a su padre que quería ser escritor. A los siete años escribe en inglés un resumen de la mitología griega; a los ocho, La visera fatal, inspirado en un episodio del Quijote; a los nueve traduce del inglés "El príncipe feliz" de Oscar Wilde. En 1914, y debido a su ceguera casi total, el padre se jubila y decide pasar una temporada con la familia en Europa. Debido a la guerra, se instalan en Ginebra donde Gerorgie escribirá algunos poemas en francés mientras estudia el bachillerato (1914-1918). Su primera publicación registrada es una reseña de tres libros españoles escrita en francés para ser publicada en un periódico ginebrino. Pronto empezará a publicar poemas y manifiestos en la prensa literaria de España, donde reside desde 1919 hasta 1921, año en que los Borges regresan a Buenos Aires. El joven poeta redescubre su ciudad natal, sobre todo los suburbios del Sur, poblados de compadritos. Empieza a escribir poemas sobre este descubrimiento(1), publicando su primer libro de poemas, Fervor de Buenos Aires (1923). Instalado definitivamente en su ciudad natal a partir de 1924, publicará algunas revistas literarias y con dos libros más, Luna de enfrente e Inquisiciones, establecerá ya en 1925 su reputación de jefe de la más joven vanguardia. En los treinta años siguientes, Georgie se transforma en Borges; es decir: en uno de los más brillantes y más polémicos escritores de nuestra América. Cansado del ultraísmo (escuela experimental de poesía que se desarrolló a partir del cubismo y futurismo) que él mismo había traído de España, intenta fundar un nuevo tipo de regionalismo, enraizado en una perspectiva metafísica de la realidad. Escribe cuentos y poemas sobre el suburbio porteño, sobre el tango, sobre fatales peleas de cuchillo ("Hombre de la esquina rosada","El Puñal".. Pronto se cansará también de este ismo y empezará a especular por escrito sobre la narrativa fantástica o mágica, hasta el punto de producir durante dos décadas, 1930-1950, algunas de las más extraordinarias ficciones de este siglo (Historia universal de la infamia,1935; Ficciones, 1935-1944; El Aleph, 1949; entre otros). En 1961 comparte con Samuel Becket el Premio Formentor otorgado por el Congreso Internacional de Editores, que será el comienzo de su reputación en todo el mundo occidental. Recibirá luego el título de Commendatore por el gobierno italiano, el de Comandante de la Orden de las Letras y Artes por el gobierno francés, la Insignia de Caballero de la Orden del Imperio Británico y el Premio Cervantes, entre otros numerosísimos premios y títulos. Una encuesta mundial publicada en 1970 por el Corriere della Sera revela que Borges obtiene allí más votos como candidato al Premio Nobel que Solzhenitsyn, a quien la Academia Sueca distinguirá ese año. El 27 de Marzo de 1983 publica en el diario La Nación de Buenos Aires el relato "Agosto 25, 1983", en que profetiza su suicidio para esa fecha exacta. Preguntado tiempo más tarde sobre por qué no se había suicidado en la fecha anunciada, contesta lisamente: "Por cobardía". Ese mismo año la Academia sueca otorga el Premio Nobel a William Golding; uno de los académicos denuncia la mediocridad de la elección. Todos siguen preguntándose por qué Borges es sistemáticamente soslayado. El premio a Golding parece dar la razón a los que dudan de que los académicos suecos sepan realmente leer. Jorge Luis Borges murió en Ginebra el 14 de junio de 1986.
(Adaptado del libro "Ficcionario" de Emir Rodríguez Monegal)

Cómo nace un texto
Por Borges
Empieza por una suerte de revelación. Pero uso esa palabra de un modo modesto, no ambicioso. Es decir, de pronto sé que va a ocurrir algo y eso que va a ocurrir puede ser, en el caso de un cuento, el principio y el fin. En el caso de un poema, no: es una idea más general, y a veces ha sido la primera línea. Es decir, algo me es dado, y luego ya intervengo yo, y quizá se echa todo a perder. En el caso de un cuento, por ejemplo, bueno, yo conozco el principio, el punto de partida, conozco el fin, conozco la meta. Pero luego tengo que descubrir, mediante mis muy limitados medios, qué sucede entre el principio y el fin. Y luego hay otros problemas a resolver; por ejemplo, si conviene que el hecho sea contado en primera persona o en tercera persona. Luego, hay que buscar la época; ahora, en cuanto a mí eso es una solución personal mía, creo que para mí lo más cómodo viene a ser la última década del siglo XIX. Elijo si se trata de un cuento porteño, lugares de las orillas, digamos, de Palermo, digamos de Barracas, de Turdera. Y la fecha, digamos 1899, el año de mi nacimiento, por ejemplo. Porque ¿quién puede saber, exactamente, cómo hablaban aquellos orilleros muertos?: nadie. Es decir, que yo puedo proceder con comodidad. En cambio, si un escritor elige un tema contemporáneo, entonces ya el lector se convierte en un inspector y resuelve: "No, en tal barrio no se habla así, la gente de tal clase no usaría tal o cual expresión."
El escritor prevé todo esto y se siente trabado. En cambio, yo elijo una época un poco lejana, un lugar un poco lejano; y eso me da libertad, y ya puedo fantasear o falsificar, incluso. Puedo mentir sin que nadie se dé cuenta, y sobre todo, sin que yo mismo me dé cuenta, ya que es necesario que el escritor que escribe una fábula por fantástica que sea crea, por el momento, en la realidad de la fábula.
[Jorge Luis Borges, Cómo nace un texto (fragmento)].

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miércoles, agosto 23, 2006

Todo ángel no es más que un pobre diablo

Miércoles 23 de agosto de 2006 — http://cronopiosdiariovirtual.blogspot.com/

Todo ángel no es más
que un pobre diablo


Por Ignacio Ramírez
Director de Cronopios

Cuatro importantes artistas colombianos han creado una pequeña gran obra de arte donde coinciden la imagen, la palabra, la edición y la poesía y hallan su punto de equilibrio en el producto: un libro elemental y bello que se hace querer por donde se le toque, se le mire, se le lea o se le vislumbre, que para todos esos desahogos sirve y funciona como un amuleto de papel, amigo y cómplice al tiempo de angeluras y diabluras, como es la vida lúdica que a veces se disfraza de vigilia y otras de sueño.

Es El ángel sitiado y otros poemas una edición a ocho manos, ocho ojos y cuatro corazones, que según Santiago Mutis, el poeta prologuista, es “un ángel necesario, un ángel no extraviado en la oscuridad de nuestras almas: el Ángel de la Amistad, que une como hilo invisible una comunidad de vigías que a una misma hora de la noche encienden sus lámparas”.

Santiago es uno de esos cuatro artífices. Su prólogo es poesía y la vez interpretación sabia y sensible de la vida y la obra de Juan Manuel, quien por estos tiempos obtiene tantas distinciones y edita tantos libros simultáneamente, que forma parte ya del diario acontecer de este país donde todo se acaba el mismo día, donde los árboles no dejan ver el bosque.

Esa poesía de Roca forma parte también de lo construido: como la luz visible del sitio del ángel:

“En las calles de la ciudad habitaba mi secuestrado corazón. Yo veía hombres de sombrero borsalino, hombres ruidosos entrando o saliendo de burdeles y garitos. Fui perdiendo la inocencia, y con ella el aleteo, el furor de los viajes. No estoy seguro, pero creo que fue el barrendero del barrio quien me dijo que una noche entre moscas muertas y jeringas en desuso, había encontrado mi sonrisa. La inocencia, como una estación de tren barrida por el viento se había ido, y con ella el aleteo.
Por las calles de la ciudad habitaba mi secuestrado corazón, ángel sitiado que no quería el regreso al paraíso”,

El ángel sitiado, de Roca, tiene su farmacia y su vecindario, y está enfermo. Sueña con ángeles y se hace viejo. Y los ángeles viejos no son más que pobres diablos, como lo entendió y lo dibujó Darío Villegas, quien crea las imágenes que habitan esta casa de papel y se dispersan cada una en el sitio preciso de sus habitaciones, páginas sin números.

He ahí otro viaje deleitoso por el universo de las ilustraciones del ángel sitiado por Juan Manuel y hecho hombre por Darío: ángeles niños con incipientes cachos y sonrisas perversas, alados lectores viejos con su vaso de licor en una mano y su libro en la otra, a veces con unas alas tan enormes que parecen albatros y algunos que hacen el amor en una esquina o que se arrastran al final de la historia interminable, porque lo hacen sobre piedras de Sísifo que pueden navegar en un trozo de mar siempre en redondo, o arder entre olas que se vuelven llamas.

Y la mano maestra de Diego Amaral en cada detalle del diseño: el tamaño, el color y la textura del papel, el lenguaje discreto de los espacios blancos, la mano invisible de los ángeles y los demonios que dan razón a la vida de los poetas que vuelan en todas las contravías posibles.

El pobre diablo fuera de tiempo, que escribe en una máquina obsoleta, el que acomoda sus incómodas alas y su larga cola que termina en flecha, el de los cuernos aparentemente mínimos y la hoja de papel que recibe sus secretas palabras como anacrónico sicoanalista.

Diablo pobre, pobre diablo, triste y solitario diablo este escritor que fue tan ángel y que ahora devino en semejante a todos los que intentamos ser sus colegas en las diabluras cándidas y en el recuerdo de los vuelos cumplidos.

Este ángel llegó para quedarse. Este diablo será a partir de hoy el cabezote de Cronopios. Darío nos dio permiso para ponerlo a viajar por los cinco continentes. Mi hijo Miguel Iván me ayudó a diseñarlo como símbolo de nuestro Diario virtual para hombres y mujeres de palabra.

Ángel sitiado, Diablo de Villegas, endiablados Cronopios: ¡Bienvenidos siempre!


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martes, agosto 22, 2006

Miércoles 23 de agosto de 2006 — http://cronopiosdiariovirtual.blogspot.com/

Todo ángel no es más
que un pobre diablo

Por Ignacio Ramírez
Director de Cronopios

Cuatro importantes artistas colombianos han creado una pequeña gran obra de arte donde coinciden la imagen, la palabra, la edición y la poesía y hallan su punto de equilibrio en el producto: un libro elemental y bello que se hace querer por donde se le toque, se le mire, se le lea o se le vislumbre, que para todos esos desahogos sirve y funciona como un amuleto de papel amigo y cómplice al tiempo de angeluras y diabluras, como es la vida lúdica que a veces se disfraza de vigilia y otras de sueño.

Es El ángel sitiado y otros poemas una edición a ocho manos y ocho ojos, que según Santiago Mutis, el poeta prologuista, es “un ángel necesario, un ángel no extraviado en la oscuridad de nuestras almas: el Ángel de la Amistad, que une como hilo invisible una comunidad de vigías que a una misma hora de la noche encienden sus lámparas”.

Santiago es uno de esos cuatro artífices. Su prólogo es poesía y la vez interpretación sabia y sensible de la vida y la obra de Juan Manuel, quien por estos tiempos obtiene tantas distinciones y edita tantos libros simultáneamente, que forma parte ya del diario acontecer de este país donde todo se acaba el mismo día, donde los árboles no dejan ver el bosque.

Esa poesía de Roca forma parte también de lo construido: como la luz visible del sitio del ángel:

“En las calles de la ciudad habitaba mi secuestrado corazón. Yo veía hombres de sombrero borsalino, hombres ruidosos entrando o saliendo de burdeles y garitos. Fui perdiendo la inocencia, y con ella el aleteo, el furor de los viajes. No estoy seguro, pero creo que fue el barrendero del barrio quien me dijo que una noche entre moscas muertas y jeringas en desuso, había encontrado mi sonrisa. La inocencia, como una estación de tren barrida por el viento se había ido, y con ella el aleteo.
Por las calles de la ciudad habitaba mi secuestrado corazón, ángel sitiado que no quería el regreso al paraíso”,

El ángel sitiado, de Roca, tiene su farmacia y su vecindario y está enfermo. Sueña con ángeles y se hace viejo. Y los ángeles viejos no son más que pobres diablos, como lo entendió y lo dibujó Darío Villegas, quien crea las imágenes que habitan esta casa de papel y se dispersan cada una en el sitio preciso de sus habitaciones, páginas sin números.

He ahí otro viaje deleitoso por el universo de las ilustraciones del ángel sitiado por Juan Manuel y hecho hombre por Darío: ángeles niños con incipientes cachos y sonrisas perversas, alados lectores con su vaso de licor en una mano y su libro en la otra, otras con unas alas tan enormes y algunos que hacen el amor en una esquina o que se arrastran al final de la historia interminable, porque lo hacen sobre piedras de Sísifo que pueden navegar en un trozo de mar siempre en redondo, o arder entre olas que se vuelven llamas.

Y la mano maestra de Diego Amaral en cada detalle del diseño: el tamaño, el color y la textura del papel, el lenguaje discreto de los espacios blancos, la mano invisible de los ángeles y los demonios que dan razón a la vida de los poetas que vuelan en todas las contravías posibles.

El pobre diablo fuera de tiempo, que escribe en una máquina obsoleta, el que acomoda sus incómodas alas y su larga cola que termina en flecha, el de los cuernos aparentemente mínimos y la hoja de papel que recibe sus secretas palabras como anacrónico sicoanalista.

Diablo pobre, pobre diablo, triste y solitario diablo este escritor que fue tan ángel y que ahora devino en semejante a todos los que intentamos ser sus colegas en las diabluras cándidas y en el recuerdo de los vuelos cumplidos.

Este ángel llegó para quedarse. Este diablo será a partir de hoy el cabezote de Cronopios. Darío nos dio permiso para ponerlo a viajar por los cinco continentes. Mi hijo Miguel Iván me ayudó a diseñarlo como símbolo de nuestro Diario virtual para hombres y mujeres de palabra.

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Fundado en 1990 — Martes 22 de agosto de 2006

ignacioramirez@cable.net.co

Pepe Monleón



Esta tarde a las 6.30 en la Biblioteca Luis Ángel Arango de Bogotá comienza el ciclo de conferencias preparatorias para la maestría en Escrituras Creativas convocada para 2007 en por la Universidad Nacional de Colombia, con la intervención de notables escritores, profesores y críticos de las letras internacionales.

En la honrosa visita de hoy tendremos a José Monleón, el crítico teatral más importante de España durante todo el siglo XX y vigente en estos comienzos del XXI. Se cumple un sueño del escritor Azriel Bibliowicz, creador, sustentador y realizador de la idea y del proyecto de la Maestría, quien ya en anteriores ocasiones ha logrado la presencia de importantes personalidades de las letras mundiales con la idea de profesionalizar el oficio de escribir al mismo ritmo en que avanzan todos los elementos de este mundo vertiginoso.

Pepe Monleón estará este martes 22 de agosto a las 6 de la tarde en la Biblioteca Luis Ángel Arango en una disertación alrededor de La escritura dramática y su relación con el escenario y el público.
Pepe es una gran autoridad en teatro español y latinoamericano, Catedrático Emérito de la Real Academia Superior de Arte Dramático, Director del Instituto Internacional del Teatro del Mediterráneo, Asesor de la copresidencia del grupo de alto nivel de la Alianza de civilizaciones, autor de numerosos libros de ensayo, premiado en Argentina, Colombia, Cuba, Bosnia, Francia, Italia, Portugal, Túnez, Estados Unidos… y la lista es larga. Vamos a ver y oír a Pepe, el martes. Entrada libre.
La recomendación de Ángel Martínez Roger, quien conoce bien al personaje, basta para asistir a esta cita vespertina: “Cualquiera que haya oído hablar en directo a José Monleón o como en mi caso, haya podido disfrutarlo como profesor de Sociología teatral en la RESAD, sabe bien de la fortaleza de su pensamiento, de su capacidad fascinadora, de sus ágiles y agudas reflexiones, de las apelaciones lúcidas y constructivas al disenso, de su fina ironía, de la riqueza de su verbo, de las didácticas anécdotas aclaratorias, y sobre todo, de la utilidad dialéctica de sus disquisiciones poniendo en juego relaciones interdisciplinares que resultan siempre de extraordinario interés.”
Enrique Herreras, en un estudio del viaje real al imaginario, analiza la historia de Monleón desde las imágenes de la Guerra, su juventud, los estudios de abogado, el franquismo, la Escuela de Cine de Madrid, la construcción de su pensamiento en el compromiso, la creación la revista Primer Acto, su colaboración con la revista Triunfo. Su crítica a la dictadura y el duro análisis en la constatación de la imposibilidad de la modernización de España. Su texto muy crítico y acertado Treinta años de teatro de la derecha. La denuncia de una sociedad que no sabe valorarse, mirarse así misma en su teatro. La necesidad de un teatro de las ideas junto a la responsabilidad social del arte. Toda una teoría estética nacida de las consideraciones de la realidad que él disecciona y exprime con acertado ojo crítico.
Aspectos como la defensa de lo público para las artes escénicas, la apelación a la responsabilidad del Estado para con su creación artística y teatral. La defensa igualmente de la formación de los profesionales del teatro. El reconocimiento social de estos como portadores de un bien necesario para la salud social. La solicitud constante de un teatro que nos sirva como antídoto de la barbarie. Como trasfondo, la petición de un espacio y lugar, el teatro, que finalmente, no debe ser otra cosa que la comunicación directa entre los seres humanos para reconocernos y mejorarnos. Es decir, que si José Monleón no hubiera existido, nos lo tendríamos que haber inventado.
¡Vamos a ver y a oír a Pepe! Y a no perdernos este gran ciclo de conferencias preparatorias para la Maestría en Escrituras Creativas de la Universidad nacional de Colombia en 2007.

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lunes, agosto 21, 2006

Consuelo, Albalucía, Federico

Cronopios
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Fundado en 1990 — Lunes 21 de agosto de 2006
ignacioramirez@cable.net.co


Consuelo Triviño Anzola

La casa imposible

Consuelo Triviño
Escritora colombiana residente en España
por Samuel Serrano
La búsqueda de la verdad ha constituido uno de los principales móviles del cuento desde que ese visionario precursor del género que fue Edgar Allan Poe expusiera sus modernas normas. Nos referimos, claro está, a una verdad de orden estético que restituye y restablece lo vivido hasta alcanzar, por medio de la evocación poética, la razón y la satisfacción de la existencia. A esa forma de verdad corresponde el libro de cuentos "La casa imposible", de Consuelo Triviño Anzola, en el que la escritora colombiana, residente desde hace más de dos décadas en España, elabora por medio de una serie de relatos descarnados un mosaico de la Bogotá de las décadas 70-80 y del Madrid de finales del siglo XX, en el que las mujeres de la machista cultura hispánica se afirmaban en el curso de ese largo camino que habría de conducirlas en la búsqueda y conquista de su propia identidad.
Los personajes de Triviño —mujeres condenadas por una sociedad hipócrita, clasista y patriarcal a representar el prototipo de la candidez, la sumisión y la ignorancia— se esfuerzan por encontrarse a sí mismas, librando una constante lucha contra esa tradición opresiva que las segrega y amenaza con frustrar sus aspiraciones. En "Una va sola" la anónima protagonista, una niña bien de Bogotá sometida a las asfixiantes normas de una sociedad machista y a las reconvenciones de una educación cristiana que la han llenado de temor y miedo, decide que "hay que morirse para saber lo que es vivir" y se arriesga a tener una aventura con un desconocido. "Emma", una muchacha encerrada en los barrotes de una educación perversa que le impide dialogar con su parte más profunda y vital, siente que sus días son como "la piedra de Sísifo, pesados, monótonos y puntuales", y decide una noche, después de muchas dudas, emprender la búsqueda de esa otra Emma postergada que la condena y al mismo tiempo la justifica. "La puerta cerrada" es la trágica historia de una chica condenada a servir de enfermera a un padre valetudinario y tiránico que la chantajea recurriendo a su condición de inválido y le niega la amistad, el amor y hasta el más ínfimo resquicio de libertad, hasta que finalmente encuentra en la muerte la única puerta de salida posible al destino que le han impuesto y se entrega a sus manos, como la única alternativa posible de negarse a transigir con su destino ancilar.
"La muñeca", que acaso sea el más admirable de sus relatos, nos presenta a una muñeca inflable que, expuesta en un sex shop, se convierte en el símbolo escogido por la autora colombiana para delatar la relación de servidumbre asignada por el hombre a la mujer en el matrimonio tradicional y señalar, por medio de la ironía y del humor, la conmovedora fragilidad y el desamparo que constituyen la verdadera esencia del hombre, ese ser antaño dominador que ha perdido en nuestro tiempo su arrogante supremacía y su poder.
La "libertad", que da título a uno de sus relatos, es el tesoro más preciado por las mujeres de Triviño que, prisioneras de esa antigua jaula de cristal, el matrimonio, o de sórdidos inquilinatos que recuerdan el Boedo malevo de Roberto Arlt anhelan dejarse llevar por lo desconocido y vivir una aventura que les permita dejar atrás las convenciones sociales y mostrar su verdadero rostro, sin embozos ni máscaras. Pero la realidad mezquina y chata se yergue contra ellas y sólo queda atender a su íntimo deseo de huir, de escapar, de errar tortuosamente por calles y cafés sin rumbo fijo e incluso de llegar al supremo sacrificio de matar a los amigos para nacer a la vida y conquistar su identidad.
Original de http://www.babab.com/



III ENCUENTRO DE ESCRITORAS COLOMBIANAS Y HOMENAJE NACIONAL A ALBALUCÍA ÁNGEL

Como un reconocimiento al aporte de la mujer colombiana a nuestra literatura, la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer, realiza este año la tercera edición de este evento, que en esta ocasión tendrá dos temas centrales:

I) Presentar una Cartografía de los personajes femeninos de ficción, más significativos de la narrativa colombiana, desde 1967, año de la aparición de “Cien años de soledad” de Gabriel García Márquez, hasta el presente.

Sobre el tema participarán escritores, académicos, y estudiantes universitarios.

II) Homenaje Nacional a la escritora pereirana Albalucía Ángel por su valiosa contribución a la narrativa colombiana del siglo XX. Su carrera literaria se dio a conocer con “Los Girasoles en Invierno ”, obra finalista del premio Esso de novela en 1966.

Investigadores y estudiosos de su obra intervendrán con ponencias y mesas redondas a propósito de su trayectoria literaria representada en las siguientes obras: “Dos veces Alicia”, “Estaba la pájara pinta sentada en un verde limón”, “Misiá Señora ”, “Las Andariegas” y “ ¡Oh Gloria inmarcesible!”

PERFIL DE ALBALUCÍA ÁNGEL
Nació en Pereira, Risaralda, el 7 de septiembre de 1939. Escritora, investigadora, periodista, crítica de arte y cine. Por influencia familiar estudió bachillerato en el Colegio de las Franciscanas de Pereira. En 1955 viajó a Cartago, Valle, para validar el bachillerato académico y así ingresar a los estudios de Literatura y Arte en la Universidad de los Andes de Bogotá en donde fue alumna de la crítica de arte Marta Traba, quien marcó su vida artística y literaria. En 1964 viaja a Barcelona, España. Continúa sus estudios de Arte y Letras en la Universidad de la Sorbona de París. Posteriormente estudia cine en Roma y París.
Inició su carrera literaria en 1966, con la participación en el Concurso Esso, en el que resultó finalista, con su novela “Los Girasoles en invierno”. Esta novela fue publicada con un dibujo en la carátula elaborado por el destacado artista colombiano Luis Caballero.
Entre 1972 y 1975 escribió la novela “Estaba la pájara pinta sentada en su verde limón”, que relata la época de violencia en Colombia, que se inició el 9 de abril de 1948, con la muerte del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán. Albalucía realizó un trabajo de investigación que incluyó entrevistas con los personajes que vivieron ese momento histórico y una recopilación del material documental. La estructura de la obra ensambla la parte concerniente al documental y lo correspondiente a la ficción en sentido epistolar, dando lugar a una novela de tipo collage, polifónica. Con esta obra concursó en el Premio Vivencias de Cali y obtuvo el primer premio. El Instituto Colombiano de Cultura la publicó en ese mismo año.
Con motivo de la premiación, la autora retorna a Colombia para publicar su primer libro de cuentos, “¡ Oh Gloria Inmarcesible!”; se destacan sus novelas tituladas “ Dos veces Alicia ”, “ Las Andariegas” , “ Misia Señora ” y la novela publicada en el 2002, “Tierra de nadie”.

Otro recuerdo homenaje a Federico

ANIVERSARIO

18 de agosto de 2006
“Dónde está mi sepultura…en mi cola, dijo el sol;
en mi garganta, dijo la luna.”

Hoy hace 70 años
que mataron a Federico y
yo quiero saber
si en este día
toda España
amaneció llorando.

Si las campanas
tocaron a rebato
sobre las plazas blancas
de Granada y
despertaron a tu tierno corazón
en el barranco de Viznar
haciéndolo latir
en cada uno de nosotros.

¿Desgranó la fuente
su lamento
de agua entre las piedras
como si quisiera llenar
el aire con preguntas?

El periódico, dice, que te rindieron
todos los homenajes
y que han descubierto,
quizás,
al pariente cercano
que planeó tu muerte.

Yo, Federico,
te cuento, humildemente,
que esta mañana salimos
contigo, de paseo.
Fuimos al mercado
y compramos fruta fresca;
conversamos con
los tenderos del abasto,
y bajo este sol
que no es tu sol
y donde el verde
te quiere verde
de verdad
pensamos en ti.

Sin fuente para nuestras lágrimas
sin ministros
ni campanarios blancos.



Sólo en ti Federico
en el miedo del disparo
en la nuca
que no importa
de dónde venga
es el mismo miedo.
En la caída
tu caída
y la de tantos
que como hace 70 años
allá
caen hoy
en este suelo
que no es tu suelo
pero donde todo se repite.
Aquí.
Hoy.
Federico.

Ana Mercedes Vivas

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